En la danza clásica nuestro cuerpo adopta posiciones anatómicas no naturales, en las que forzamos articulaciones, huesos y músculos tanto que a veces se llega a la lesión o rotura de alguno de estos. El virtuosismo está por delante de todo, incluso de la salud, por eso la vida del bailarín como tal suele ser corta, ya que el cuerpo no aguanta tales bestialidades.
De manera general se puede decir que los miembros inferiores son los más afectados, es decir cadera, rodilla, tobillos, dedos y la planta del pie. Sin embargo, también pueden verse afectados los músculos lumbares, o bien puede haber pinzamientos nerviosos en el área del cuello. Obviamente, el tipo de lesión va a depender del tipo de baile.
En cambio, la danza contemporánea, bailada desde la sensación y no desde la forma, permite que todo el mundo pueda bailar, indistíntamente de sus condiciones, adaptando el movimiento a su cuerpo, sin distorsionar los músculos ni las articulaciones.
Me gustaría en un futuro ser fisioterapeuta especializada en la danza, porque habiendo estudiado las dos partes, puedo aportar consejos, explicar formas de mover más naturales y ayudar a que la danza no sea un dolor, sino un goce.